Así lo indicó el responsable de la patronal de la industria frigorífica en declaraciones a Servimedia. Badenes lleva tiempo reclamando que la industria frigorífica sea considerada electrointensiva, reconociéndose así que la electricidad es un factor determinante en la producción, por parte del Ministerio de Industria. Aunque el consumo eléctrico es uno de sus grandes gastos, su actividad no es considerada de producción y fabricación en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE).

El secretario general de Aldefe subrayó que la definición de industria electrointensiva “viene condicionada por la normativa comunitaria” y está pensada para empresas que “puedan competir en determinados países de la Unión Europea”. No obstante, indicó que existe un “elemento de voluntad legal que podría de alguna manera ajustarse”, pues responde a una “decisión estratégica”.

Esta petición choca con la visión del Ministerio de Industria, que, preguntado por Servimedia, responsabilizó a Bruselas de decidir qué sectores pueden ser incluidos en la industria electrointensiva. Mientras tanto, Badenes se lamentó del grave momento que vive el sector debido a los costes energéticos: “Hay empresas que han tenido que dejar de prestar determinados servicios u ofrecerlos a precios muy altos”.

Concretamente, el secretario general de Aldefe cifró en una media del 50% el porcentaje de gasto que ahora representan los costes energéticos. “Cuanto más antiguo o menos optimizado está el consumo de energía, más sube”, indicó Badenes, quien mencionó que algún frigorífico ha pasado a gastar en consumo energético en un mes lo que antes sumaba en tres.

Al no ser considerada una industria, el secretario general de Aldefe se lamentó también de no poder optar a las ayudas para la mejora de la eficiencia energética. “Como no producimos ningún producto concreto, no hay ninguna ayuda destinada a la modernización de cámaras frigoríficas industriales”, apuntó.

PARO DEL TRANSPORTE

Aldefe representa a un número de empresas asociadas que suman una facturación anual de 1.000 millones de euros. En total, el responsable de la organización cifró el peso del sector frigorífico, sumando almacenes públicos y privados, en 6.000 millones de euros y 20.000 empleos, que ahora se ven en peligro también por el paro de los transportistas.

“Nosotros estamos en polígonos industriales, puertos y mercados de abastos, que son sitios fácilmente bloqueables” y las mercancías ni entran ni salen de sus cámaras porque las empresas prevén las dificultades del transporte, según expuso. “Las cámaras están llenas de mercancías, pero otra cosa es que podamos pagar la energía para mantenerlas”, indicó.