El programa, según el ministro, empleará ya en 1993 unos 1.500 millones de peseta en actividades de promoción comercial (939 millones), tecnológica (148), inversiones directas (40) y turismo (162), a los que habrán de sumarse las líneas de financiación y apoyo a la exportación que habitualmente viene desarrollando el Instituto de Comercio exterior (ICEX).

Este proyecto, que cuenta también con el visto bueno de las autoridades japonesas, contempla también la colaboración a las inversiones niponas en España, que en 1992 alcanzaron los 245 millones de dólares, con un ritmo de creciminto sostenido en el último lustro del 3 por cien.

Sin embargo, el viceministro de Industria japonés, Ichino Aisawa, señaló que los buenos deseos de inversión extranjera en España expresados por su homólogo español no se corresponden con la realidad del mercado, y añadió que la actual recesión económica mundial está forzando a la baja la colocación de capital nipón en otros países.

Según Aisawa, el ritmo de inversiones directas japonesas en el exterior está bajando desde hace unos meses, pero agreó que hay signos suficientes para pensar en una recuperación no muy lejana, y dijo que España no debe desaprovechar en ese momento la buena imagen exterior que ha ganado tras los acontemicientos de la Expo y los Juegos Olímpicos en 1992.

Actualmente, España mantiene un déficit comercial con Japón que supera los 4.000 millones de dólares al año, como consecuencia de unas ventas al país nipón de 478 millones de dólares, sobre todo en productos derivados de la pesca, neumáticos, piel y calzado y confeccin, frente a unas importaciones de 4.656 millones de pesetas, principalmente en coches.