Según han informado a Servimedia fuentes de la Administración, el volumen de negocio previsto para la autogeneración en España en 1994 es de 63.498 millones de pesetas, lo que upone una incidencia sobre la tarifa eléctrica superior a los tres puntos.

Con el nuevo decreto, según los responsables de la Secretaría General de la Energía, "el precio de la electricidad cedida por estos productores no tendrá incidencia en la tarifa eléctrica", al contrario de lo que pasaba hasta ahora, de manera que queda un margen, según técnicos del sector, para elevar la tarifa el año que viene aprovechando el descuento que producirá el decreto.

Los expertos consultados por esta agencia cren que la medida permite al Gobierno acercarse a un objetivo irrenunciable de la política energética inaugurada por Juan Manuel Eguiagaray: que las tarifas eléctricas contribuyan a la competitividad de las empresas y la economía haciéndolas crecer por debajo del IPC, lo que ya es posible, porque la previsión oficial de inflación para el año que viene es del 3,5 por cien.

El decreto ha tenido una buena acogida entre las empresas eléctricas, cuyos responsables habían presionado al Ministerio de Industri para que acabara con una situación que calificaban de "discriminatoria", ya que la energía de los autogeneradores, dicen, es entre un 75 y un 95 por cien más cara que la producida por las compañías tradicionales.

La diferencia entre cogeneradores y las demás eléctricas es que los primeros son industrias que construyen su propia instalación para autoabastecerse, y la energía que les sobra la venden al sistema eléctrico a un precio muy superior al de la energía normal de una compañía tradicional.

anto Industria como las eléctricas coinciden en que la idea de usar esa energía es buena, siempre que no se aproveche la ley para hacer un "buen negocio" a costa de las subvenciones, ya que estas empresas reciben 11,41 pesetas por cada kilowatio sobrante que producen, cuando las otras compañías dicen que lo pueden hacer por tres veces menos.

El motivo de ese precio es incentivar una actividad que contribuye al ahorro y la eficiencia energética, puesto que en algunos casos se aprovecha la instalación pra la generación de energía y calor y en otras se produce electricidad con energías renovables.

Sin embargo, las eléctricas aseguran que algunas industrias han hecho de esta actividad un negocio y se dedican a verter a la red de alta tensión todo lo que producen, valiéndose de la ley, que obliga a las compañías tradicionales a comprar a los autogeneradores todos los excedentes de electricidad que tengan.

Las eléctricas han apoyado su demanda al Gobierno para poner fin a esta situación con cifras,como que la autogeneración en España está creciendo en 1994 al ritmo del 46 por cien, cuando la demanda total de energía en el país se muestra demasiado moderada.

Por su parte, la Secretaría General de la Energía ha buscado con este decreto poner fin a una situación irregular sin "cargarse" una vía de diversificación energética, y para ello ha establecido un sistema de controles y precios sobre los autogeneradores que eleva de 2 a 4 años el período de amortización de una planta de este tipo, aunque siue siendo un buen negocio, ya que la rentabilidad de una inversión así se ha quedado en torno al 20 por cien.