Durante su comparecencia ante la Subcomisión parlamentaria para potenciar la responsabilidad social corporativa (RSC), Chércoles señaló que la R, la responsabilidad, es ya innovación. "La R te garantiza tener un control adecuado de la cadena de producción y te permite diferenciarte de tus competidores".

"Ya no sólo se tiene que hablar de las políticas estratégicas en materia de I+D+I, sino que ya es momento de que las compañías hablemos de I+D+I+R para diferenciar a las empresas españolas en los diferentes mercados en los que operamos", apuntó.

A su juicio, esta R podría ser utilizada también por el Estado en los procesos de contratación para garantizar que sus proveedores y subcontratas cumplen con criterios éticos y responsables en materia de derechos humanos, de medio ambiente, etcétera.

Por su parte, Marta Areizaga, representante de Eroski ante la Subcomisión parlamentaria, apostó por una política poco intervencionista e impulsora de la Administración en materia de responsabilidad social.

A su juicio, es necesario que desde el Gobierno se clarifiquen algunos puntos conflictivos y que se establezcan cuáles son los estándares mínimos de la empresa española cuando opera fuera de nuestras fronteras, aunque dijo que, a nivel europeo no hay un gran modelo en el que fijarse.