De acuerdo con los datos facilitados por el Ejecutivo, en el periodo comprendido entre 1985 y 1990 el porcentaje de mortandad entre e personal no profesional del Ejército fue de 1,19 por cada 10.000 soldados, frente los 1,56 fallecimientos registrados por cada 10.000 trabajadores.

Durante el citado quinquenio, fueron un total de 200 los jóvenes muertos en accidentes militares, siendo 1986 el año más trágico, con 51 víctimas.

La mayoría de las muertes se produjeron en accidentes de automóvil, con 90 víctimas, mientras que 44 soldados murieron por el uso de armas y explosivos, 6 a bordo de buques de guerra, 5 durante prácticas dportivas, 4 en el cuerpo de paracaidistas y 2 en aeronaves. Los restantes fallecimientos se produjeron por diferentes causas.

Asimismo, el Gabinete informa en la respuesta que la concesión de pensiones e indemnizaciones a los familiares de los fallecidos está regulada por los reales decretos 670/87 (que refunde la Ley de Clases Pasivas del Estado) y 1.234/90.

La normativa beneficia a padres y esposas de quienes hacen la "mili", así como a los de los alumnos de los centros docentes militares de fomación, y determina los derechos pasivos por los accidentes en actos de servicio producidos entre 1985 y 1990.

En los siniestros en los que los fallecimientos causaron derecho a pensión, las indemnizaciones quedaron fijadas por la disposición adicional séptima de la Ley 31/1990 de Presupuestos Generales del Estado para 1991.