EL INDEPENDETISTA GALLEGO ACUSADO DE ATENTAR CONTRA UN BANCO EN SANTIAGO RECONOCE LOS HECHOS Y EXCULPA A SU COMPAÑERA
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El independentista gallego Uxio Caamaño reconoció hoy durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional haber colocado el 23 de julio de 2005 una bomba en una sucursal de Caixa Galicia en el centro de Santiago de Compostela, y exculpó de la acción a la otra persona acusada en la causa, Xiana Rodríguez.
Durante el juicio celebrado esta mañana por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Caamaño reconoció haber colocado el artefacto explosivo, pero aseguró que su intención no era la de atentar contra las personas.
En este sentido, indicó que para asegurarse de que ninguna persona saliese herida colocó sobre el dispositivo un cartel en el que se podía leer "peligro bomba, no tocar".
De hecho, el acusado explicó que, tras ser detenidos por la Policía Nacional minutos después de poner la bomba y "para evitar daños", confesó a los agentes que acababa de colocar un artefacto explosivo y les dió detalles de dónde estaba colocado y de a qué hora iba a explotar.
"Tuve que insistir unas cuantas veces para que me creyeran", dijo el acusado durante su declaración ante el tribunal.
La fiscal encargada del caso, Blanca Rodríguez, acusa a Caamaño y Rodríguez de los delitos de estragos, utilización de vehículo a motor sustraído con violencia y falsificación de documentos oficiales y pide 21 años de prisión para ellos.
Según el relato de los hechos realizado por Fiscalía, Caamaño y Rodríguez pertenecen al grupo radical Asambleia da Mocidade Independentista (AMI), que tiene como objetivo "conseguir la independencia de Galicia" utilizando para ello "medios violentos y empleando armas y explosivos para provocar la alteración del orden constitucional y la paz social".
La fiscal Rodríguez sostiene que ambos acusados, siguiendo las instrucciones del dirigente de AMI Antonio García Matos, huido de la justicia, colocaron el día 23 de julio de 2005 un artefacto explosivo en una sucursal de Caixa Galicia situada en el centro de Santiago de Compostela.
El artefacto explotó sobre las 15.50 horas, causando graves daños materiales en la oficina bancaria, así como en los inmuebles colindantes y en los vehículos estacionados en las proximidades.
Además, la fiscal asegura que la bomba, compuesta por entre cinco y siete kilogramos de una sustancia derivada del perborato potásico, "puso en grave riesgo la integridad física y la vida de las personas", ya que la oficina bancaria se encuentra en el centro de la capital gallega, una zona de gran afluencia de vecinos y turistas.
ENCUENTRO CASUAL
Caamaño, que se negó a contestar a las preguntas de la fiscal, aseguró que se encontró con Rodríguez casualmente cuando se dirigía a colocar la bomba en la sucursal bancaria. El acusado explicó que compartieron camino durante unos 200 metros y que en todo momento intentó deshacerse de ella.
A pesar de su insistencia, llegaron juntos a la plaza de Galicia de Santiago de Compostela, lugar en el que se encuentra la sucursal objeto del atentado. En ese momento, según declaró, se despidió de Rodríguez, y, tras asegurarse de que le había perdido de vista, volvió sobre sus pasos, entró en el banco y colocó la bomba.
Esta explicación fue la misma que ofreció Rodríguez al tribunal, quien negó haber participado en el atentado contra la sucursal bancaria.
En su declaración, Rodríguez aseguró que se encontró con Caamaño "por casualidad" e indicó que le conocía de la universidad y por pertenecer ambos "a los movimientos sociales" de la capital gallega.
La acusada señaló que Caamaño le dedicó "palabras bruscas" y dijo no recordar si en algún momento durante el encuentro llegó a coger una de las bolsas que portaba el independentista, en concreto la que transportaba la bolsa.
Por último, la acusada reconoció su pertenencia al AMI, pero defendió que se trata de "una organización legal" que no revindica la violencia y cuyo dirigentes "son personas públicas".
Rodríguez fue detenida una hora después de la explosión cuando se encontraba en la estación de tren de Santiago de Compostela. Tras su arresto, ambos acusados presentaron carnés falsos.
Caamaño reconoció haber presentado tras su arresto un carné de conducir falso, pero señaló que se identificó a los agentes con su verdadero nombre.
Además, admitió que llevaba una peluca, así como abundante ropa, y explicó que lo hizo porque "había sido detenido alguna vez" y quería evitar que los agentes le reconocieran.
Sobre el vehículo Citroen Saxo que utilizó para desplazarse hasta Santiago, y que había sido robado unos días antes en Orense por dos personas encapuchadas que amenazaron a su propietaria con sendos cuchillos, el acusado aseguró que se lo había prestado un amigo y que desconocía que era robado.
La vista continuará mañana con la práctica de las pruebas periciales y documentales, las conclusiones de la Fiscalía y de las defensas y el turno de última palabra de los acusados.
(SERVIMEDIA)
03 Nov 2008
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