Este informe pone de manifiesto que cerca de la mitad de las recetas extendidas por los médicos no son seguidas adecuadamente por los pacientes, lo que provoca que entre el 30 y el 50% de ellas, según los tipos de enfermedad, no consigan los resultados terapéuticos deseados.

El coste que supone este incumplimiento (320.000 millones de pesetas) se debe a ingresos hospitalarios qe hubieran podido evitarse, pérdidas de productividad, muertes prematuras, visitas ambulatorias, consumo adicional de nuevos fármacos y repetición de técnicas diagnósticas.

Según Reiter Consulting, las prácticas más frecuentes en estos pacientes son no adquirir el medicamente prescrito, no consumir el número de unidades indicadas o no ingerir la dosis especificada. Esta consultora asegura que el 14% de las recetas extendidas no son nunca despachadas en las farmacias.

Algunos datos destacables delestudio son que los pacientes hipertensos prototípicos toman menos del 60% de la medicación prescrita, que un tercio de este grupo ni siquiera tomó suficiente cantidad para un control suficiente de la presión sanguínea y que en enfermedades crónicas más de la mitad abandonan el tratamiento antes de 1 año y sólo un 25% lo continúan después de 5 años.

Pero, según Reiter Consulting, los problemas económicos que ocasionan estos pacientes no sólo afectan al Estado, sino también a la industria farmacéutica,cuyos productos sufren un deterioro de su imagen al no conseguir ante el médico la eficacia necesaria. Además, el incumplimiento del tratamiento tiene un coste de 40.000 millones anuales para el sector por productos que deja de vender.

Para Reiter Consulting, las causas de estas pautas de conducta en los pacientes se deben sobre todo a una comunicación insuficiente o ineficaz con el médico (el 80% no recuerdan que el facultativo les haya indicado la duración de la medicación y sólo el 18% de los enferos recibieron en la farmacia indicaciones sobre la necesidad de cumplir la dosificación total ordenada por el doctor).

Otras causas de este comportamiento son también la existencia de dudas no resueltas (sólo el 25% de los médicos discuten con los pacientes los pormenores de la medicación) y la complejidad del régimen terapeútico, especialmente para los pacientes ancianos.