El informe, titulado "Salud mental de los niños y adolescentes" (Child and Adolescent Mental Health), subraya que un 9,6% de los niños de edades comprendidas entre los 5 y los 16 años experimentan algún tipo de problema mental, entre ellos, trastornos de la alimentación, emocionales y de comportamiento.

En el grupo de 11 a 16 años este porcentaje se sitúa en un 12,6% entre los niños y en un 10% entre las niñas, siendo más frecuentes las conductas violentas entre los primeros, mientras que las fobias y la depresión afectan más a las segundas.

Según, David Skuse, psiquiatra infantil del Hospital Great Ormond Street de Londres, que ha liderado esta investigación, uno de cada diez niños y adolescentes británicos sufrirán un trastorno mental entre las edades de 1 y 15 años, y atribuye esta situación al deterioro de la familia, el consumo de alcohol y la mala dieta.

El psiquiatra subraya que ha habido un incremento del 50% en la incidencia de los trastornos mentales en niños y adolescentes, entre comienzos de la década de los 70 y mediados de la de los 80, y otro 50% adicional desde esa fecha.

Los niños de entornos socio-económicos más desfavorecidos, los inmigrantes, los tutelados por los servicios sociales y los que han sido víctima de violencia doméstica son particularmente vulnerables a este problema, aunque el incremento afecta a todas las clases sociales, según Skuse.

A la vista de estos resultados la Asociación Médica Británica ha reivindicado más recursos para los equipos de salud mental que atienden a niños y adolescentes, y en especial para los que ofrecen asistencia a los niños bajo la tutela de los servicios sociales.