El representante de Greenpeace Mario Rodríguez manifestó a Servimedia que detrás del fuego hay numerosos intereses creads, desde la especulación inmobiliaria hasta las empresas que se benefician del dinero destinado a la extinción y la posterior labor de reforestación.

Por eso, consideró "muy peligroso que la mayoría del dinero contra los incendios se destine a apagar fuegos y a reparar daños, y no a la conservación de los bosques".

Rodríguez reprochó que "los propietarios de los bosques, tanto públicos como privados, no tienen ningún tipo de ayuda, ningún tipo de incentivos para que hagan una buena gestión de ells".

A su juicio, "prevenir es establecer unas masas forestales estables, diversas y resistentes al fuego, dar incentivos para que los montes sean rentables y que nadie se beneficie del fuego, con una legislación adecuada y la existencia de unos canales de gestión transparente de los productos derivados del fuego".