Mario Rodríguez, portavoz de Greenpeace, declaró a Servimedia que el Gobierno argumenta que la situación es positiva porque la superficie forestal que se ha quemado en los siete primeros meses del año es de 12.566 hectáreas menos que en el mismo periodo de 199.

Según Greenpeace, lo importante para determinar si la política contra el fuego forestal es buena o mala no es la superficie quemada, sino el número de incendios, y éstos han crecido en unos 700, de acuerdo con los datos oficiales.

"Los últimos incendios de Enguera (Valencia) y Granada prueban que la política de comunicación hacia la opinión pública del ministerio, con ese triunfalismo, no es la adecuada", sentenció.

A su juicio, el departamento que dirige Isabel Tocino "hace creer que todoestá controlado, pero si se registran tres o cuatro grandes incendios la situación se complica".

Rodríguez lamentó que los planes contra incendios del Gobierno y de las comunidades autónomas se activen sólo durante la época estival y que el resto de año se invierta poco en gestión forestal, como generar masas forestales estables.

Según dijo, a la falta de inversión en prevención de incendios y gestión forestal se suma la impunidad con la que actúan los que provocan los fuegos.

Finalmente, Roríguez dijo que esta situación es "muy grave" y "la pena es que la alarma social que generan los incendios no se traducen en inversiones para conservar bien los bosques".