Los bomberos vinculan el siniestro a un intento de robo y manifestaron que una o dos personas pudieron haber entrado en la sala con la intención de llevarse dinero de las oficinas, cuya puerta de entrada aparecía forzada y las cajas registradoras, abiertas.

Josep Batlle, consejero delegado de Cinesa, empresa propietaria de la sala incendiada, dijo que el cine volvería a abrir sus puertas al público una vez que reparen ls daños producidos por el fuego. También explicó que no habían realizado una evaluación exacta de las pérdidas.

En las tareas de extinción participaron ocho coches de bomberos, cuyas dotaciones desalojaron previamente a los 50 vecinos del inmueble de ocho pisos donde está el cine, en la calle Bailén.

El Ayuntamiento de Barcelona aprobó hace unos meses el Plan de Protección de Teatros y Cines, que obliga a la reconstrucción de los establecimientos que hayan sido incendiados y cumplan con las condiiones que fija el proyecto.

En el último año, otros dos cines barceloneses, el Fémina y el Capsa, fueron pasto de las llamas.