De acuerdo con las primeras investigaciones, el incendio tuvo su origen en el deficiente estado del tiro de una caldera de calefacción individual, que prendió en la cubierta y afectó a la armadura de la misma.

Los bomberos, que intervinieron con un coche, un tanque y una escala, actuaron desde las diez de la mañana hasta las doce y veinte del mediodía.

Además de sofocar las llamas, que provocaron una densa humareda, los bomberos uvieron que apuntalar el techo del cuarto piso, que amenazaba con desplomarse.

La tercera planta también resultó afectada por las filtraciones del agua utilizada para apagar el fuego.

Durante las labores de extinción fueron desalojados de sus domicilios los inquilinos de los pisos tercero y cuarto, aunque posteriormente volvieron a ocupar sus viviendas.

Los responsables del área de Servicios Sociales y Comunitarios del Ayuntamiento se encargaron de alojar provisionalmente a los clientes de l pensión.