El fuego se inició en la planta 17 del rascacielo y, en pocos minutos, se propagó a los pisos uperiores. Los bomberos, que tardaron dos horas en apagarlo totalmente, desplazaron hasta el lugar 18 vehículos y 60 hombres.

En el edificio, que fue desalojado para proceder a las tareas de extinción, había numerosos locales de empresas y varias viviendas particulares.

El fuerte viento reinante en la Ciudad Condal a primeras horas de la mañana y los materiales de la fachada del edificio propiciaron la rápida propagación del fuego hacia los pisos superiores, según las mismas fuentes, a pesar de qe la estructura de la construcción no resultó afectada por las llamas.

El alcalde de Barcelona, Pascual Maragall, se desplazó hasta el lugar del siniestro para conocer personalmente los daños ocasionados y ofreció a las familias afectadas los servicios municipales de transporte, alojamiento y emergencias sociales.