La obra se erigió por suscripción popular, a raiz del accidente ocurrido el 31 de agsto de 1995 en el Pozo San Nicolás de Hunosa, en el que perdieron la vida 14 trabajadores, 4 de ellos checos, a consecuencias de una explosión de grisú.

La escultura, fundida en bronce, de 4 metros de altura y 5 toneladas de peso, representa el torso desnudo de un hombre con una abertura en el centro cruzada de manpostas, imitando las galerías de la mina. En el interior de la escultura luce una llama que simboliza la solidaridad con todos los mineros de todo el mundo, que aumentará su intensidad cuand se produzca un accidente.

El acto estuvo presidido por el presidente del Principado, Sergio Marques, acompañado por el alcalde de Mieres, Misael Fernández, el embajador de la República Checa y el cónsul de Polonia, así como diversas autoridades de la región.

Un grupo de niños, hijos de mineros fallecidos en el Pozo San Nicolás, fueron los encargados de encender la llama del interior de la escultura. A continuación, representantes de los 78 municipios asturianos realizaron una ofrenda floral a sumonumento.

Por su parte, Sergio Marqués afirmó que el monumento "es el recuerdo perenne a los que día a día han contribuído a que Asturias tenga una forma especial de entender la vida conviviendo con la muerte".