Ruiz Gallardón dijo que la medida es "una muy buena noticia" y contribuirá a conseguir un sistema homogéneo, que evitará el denominado "efecto frontera", en virtud del cual algunas empresas se trasladan a comunidades limítrofes, como el País Vasco o Navarra, que les ofrecen mejores condiciones fiscales.

En un encuentro informativo organizado por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), el presidente de Madrid explicó que la iniciativa delos populares es "extraordinariamente positiva" y resuelve el problema de posibles discriminaciones a la hora de aplicar el nuevo sistema de financiación autonómica.

El nuevo modelo de financiación acordado entre el Gobierno y sus socios nacionalistas fue precisamente una de las grandes cuestiones que Ruiz Gallardón analizó en su cita con los informadores parlamentarios.

A su juicio, este sistema permitirá durante los próximos cuatro años a la Comunidad de Madrid incrementar su capacidad recaudatria, fundamentalmente por dos mecanismos: la lucha contra el fraude y el aumento de la actividad económica, y los ingresos del IRPF.

Para Ruiz Gallardón, carecen de sentido las críticas formuladas al sistema por las tres comunidades gobernadas por los socialistas y responden más a "consignas de disciplina partidaria" que a una reflexión seria sobre las consecuencias del nuevo modelo.

MADUREZ FISCAL

Los recelos del PSOE reflejan, según indicó el presidente de la Comunidad de Madrid, un cierto teor a enfrentarse con la madurez fiscal y a dar explicaciones a los ciudadanos de cómo se gestionan las cuentas públicas.

Respecto a la propuesta del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de un pacto entre PP y PSOE sobre la definición del Estado, opinó que es "imprescindible" que exista un acuerdo como el de 1992, que, en su opinión, quedó truncado por razones de "pelea política".

Ruiz Gallardón se refirió igualmente a las reflexiones del líder de Unió Democrática d Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran y Lleida, sobre la reforma constitucional, para señalar que cualquier aspiración nacionalista tiene cabida en la actual Carta Magna.

Tras elogiar la "madurez" y "solidez" de la Constitución de 1978, Ruiz Gallardón admitió que se puede avanzar en la modificación de diferentes normativas, pero sin entrar en un proceso de revisión constitucional.