Según informaron a Servimedia fuentes de Asaja, el vino se importa desde Argentina, Chile y Nueva Zelanda a un precio un 20% inferior que el que se está poduciendo en España, con lo cual a los industriales y envasadores les resulta más rentable comprar el producto importado, que en ocasiones es de menor calidad.

La elaboración del vino español durante este año ha dado un precio en hectógrado de 550 pesetas (unas 50 pesetas por kilo de uva), mientras que el importado con costes de transporte incluidos y aranceles cuesta unas 470 pesetas (unas 40 pesetas por kilo).

El problema es que la importación de vino de mesa está liberada por los acuerdos del ATT, por lo que no es posible restringir la entrada de este producto, salvo por deficiencias sanitarias. En otros años no se ha producido este incidente por la existencia de mayores cantidades de vino, ya que las cosechas no estuvieron tan afectadas por la sequía.

Asaja solicita que se identifique claramente en el etiquetado el lugar de procedencia del vino, ya que el sector sospecha que pueden estar mezclándose estos vinos y vendiéndose en 'tetra-brik' como si fueran españoles. Los productores argentnos están de acuerdo en que se señale el lugar de origen del vino.

Este mismo problema está ocurriendo también con las aceitunas de mesa, ya que dada la falta de este producto por la sequía se están importando de Marruecos, y además se da el agravante de que el producto del país vecino es de mucha peor calidad.

La ausencia de aceitunas de mesa está originada porque los productores no reciben ayudas para su comercialización, por lo que su escasa producción la han dedicado preferentemente a la extrcción de aceite de oliva.

Según Asaja, los industriales de prestigio siguen comprando el producto español, pero segundas marcas se están suministrando con aceituna marroquí.