En la presentación de la campaña "Melilla, a un salto", Imbroda manifestó su confianza en que el PSOE no se oponga a esta petición en el trámite parlamentario de la reforma del Estatuto de Melilla, que ya cuenta con el visto bueno del PP.

"Se trata de tener los mismos derechos políticos que un señor de Cuenca o de Albacete", dijo Imbroda, quien aseguró que su propuesta de reforma estatutaria se hace desde la "sensatez política al máximo".

"Queremos un consenso entre el PP y el PSOE para que se modifique el estatuto dentro de la más estricta constitucionalidad y del diálogo y el consenso", aseveró.

Además, el borrador de reforma estatutaria establece la separación de poderes entre el presidente de la Ciudad Autónoma y de la Asamblea parlamentaria o el derecho a poder recurrir contra decisiones del Estado como cualquier otra comunidad autónoma. En cuanto a la definición de Melilla, Imbroda anunció pocas pegas: "A mí me gusta 'ciudad autónoma'".

Preguntado por si una modificación estatutaria relevante pudiera generar suspicacias en el país vecino, Marruecos, el presidente melillense se limitó a decir que la ciudad "siempre ha sido parte de España, y salvo el que podamos tener capacidad activa para recurrir ante el Tribunal Constitucional en materia de urbanismo, por ejemplo, poco más ha de cambiar (en el ámbito político)".

Ni siquiera, subrayó Imbroda, Melilla se plantea asumir competencias en materia de inmigración, "porque las fronteras debe defenderlas el Estado", si bien reclamó poder participar en las sesiones bilaterales entre Marruecos y España en materia de inmigración: "Nos quejamos del ninguneo a que se nos somete y queremos dar nuestras propuestas", apuntó.

No obstante, sí se refirió a la necesidad de asumir competencias en educación y asistencia hospitalaria. Porque los servicios sanitarios melillenses no sólo prestan asistencia a la población local, también a un radio de suelo marroquí que abarca unos 300.000 habitantes, como prueba el dato reciente de que el 51,2% de partos corresponde a mujeres marroquíes.

LA VALLA

Imbroda se felicitó de que Melilla haya dejado de ser noticia por la llegada masiva de inmigrantes a través de la valla que la separa de Marruecos. "Aquello acabó y ahora queremos decirle a España que Melilla tiene mucho más".

"Aquel problema de la inmigración ilegal", no se resistió a decir el presidente melillense, "acabó cuando Marruecos quiso colaborar y colaboró, y se acabó el problema". "Porque", sentenció, "independientemente del refuerzo de las medidas policiales y técnicas, Marruecos era quien podía impedir aquel problema".

Habló Imbroda del desarrollo económico de Melilla más allá del sector turístico, y de las posibilidades de inversión de empresas que pueden beneficiarse de las especiales condiciones fiscales que presenta, como la inexistencia del IVA, y reducciones del 50% en el IRPF y el Impuesto de Sociedades.

Las autoridades melillenses perciben con interés la llegada de empresas vinculadas a las nuevas tecnologías, aunque no descartan el turismo como fuente principal de ingreso. De hecho, este sector creció en 2005 casi un 26% respecto al periodo anterior y las perspectivas para el ejercicio actual son notables.

Además, destacó, Melilla es "espejo de lo que no ocurre en otros países" en cuanto a convivencia, "que es perfecta", entre distintas culturas. Sefardíes, Musulmanes, Católicos, etcétera conviven en Melilla "en tolerancia, libertad y respeto" mutuo.