En este sentido, Imaz afirma, en entrevistas publicadas hoy en los diarios "El País", "El Correo", "Diario Vasco" y "Avui", que la situación en el País Vasco está "en el umbral de un nuevo tiempo, que va a requerir de audacia", por lo que espera de Zapatero "altura de miras" para evitar un "choque de legitimidades" entre "Euskadi y España".

"Todos tenemos que jugar con una gran responsabilidad y no convertir nuestras posiciones en tótems. Es un momento histórico. Entramos en una época nueva en la que todos debemos negociar con flexibilidad", agrega.

A este respecto, precisa que "si alguien prevé un choque de trenes, el PNV debe ser el guardagujas para que no se produzca". "No son momentos para posiciones cerradas. Es un momento para la responsabilidad, para la audacia, para la flexibilidad y la negociación, no para el inmovilismo", añade.

"Zapatero tiene la llave. Si no se llega a posturas intransigentes de bloqueo y se abre un escenario razonable de negociación, no habrá partido 'Madrid-Euskadi'. No habrá victimismo; habrá escenario de negociación, puertas abiertas al futuro y acuerdos de estabilidad. Ese es el campo de juego en que tenemos que jugar", apostilla.

El presidente del PNV indica que en este nuevo tiempo político, ETA no debe marcar el calendario y que está en "el conjunto de formaciones políticas" la responsabilidad de "abrir un espacio de negociación como en 1979".

"Afortunadamente, entonces hubo otra visión, un espíritu de la transición diferente. ¿Estamos dispuestos a jugarlo en serio? ¿Estamos dispuestos a llevar a cabo la segunda transición que resuelva el problema vasco?", se pregunta Imaz.

"DIFICILMENTE SOSTENIBLE"

Por otro lado, Imaz considera "insostenible" que el Gobierno de Zapatero intente "ilegalizar" la consulta popular que pretende llevar a cabo el "lehendakari", Juan José Ibarretxe, sobre su propuesta de reforma del Estatuto.

"Una consulta puede tener valor jurídico o no -y es evidente que en este caso no la tiene-, pero nunca es ilegal. Es difícilmente sostenible en una democracia, en el siglo XXI, que consultar una materia a la población sea ilegal. No quiero imaginarme ese escenario, no me parece razonable ni realista. Un Gobierno que impidiese y tratase de ilegalizar una consulta tendría serios problemas en términos de opinión pública y democrática. Ese discurso no se sostiene", subraya.

Por ello, Imaz destaca que "ante una sociedad pacífica, democrática, en la que la violencia ha pasado, una actitud de cerrazón y de bloqueo absoluto sería grave democráticamente".