En una entrevista a la Cadena Ser recogida por Servimedia, Imaz sostuvo que le hubiera gustado dejar la política coincidiendo con el fin del terrorismo, pero sostuvo que del fracaso de la tregua "tuvo un solo culpable, que fue ETA".

Añadió que a este fracaso también contribuyó la "debilidad y sumisión" a ETA de la ilegal Batasuna, "que no fue capaz de tener autonomía política propia" en el marco de la negociación abierta entre el Gobierno, los partidos y la organización criminal.

No obstante, Imaz indicó que personalmente tuvo la sensación durante el alto el fuego de que "llegamos a tocar la paz en un momento con la punta de los dedos", algo que pudo ocurrir "hace aproximadamente 15 o 16 meses", es decir, en septiembre de 2006.

Destacó que si el proceso derivado de la tregua hubiera ido bien "posiblemente en estos momentos tendríamos una paz cuasi consolidada", lo cual, a su juicio, no hubiera significado quela cuestión del País Vasco se hubiera solucionado "para siempre".

Argumentó que esto es así porque "es tal la influencia del totalitarismo, del fascismo de ETA y de la violencia en Euskadi que posiblemente cuando termine ETA y termine todo ese ejercicio de la violencia todavía necesitaremos varios años para ir cerrando las heridas sociales que el ejercicio de esa intolerancia han dejado en el tejido social vasco después de tres décadas".