El informe, publicado por el Instituto de la Juventud, aborda la imagen que tienen los jóvenes en la prensa y en la televisión, llegando a la conclusión de que mientras que en esta última predominan las cualidades positivas para juzgar a ls personas -sobre todo a los jóvenes-, en la prensa las cualidades negativas duplican a las positivas y están destinadas más a los niños y a los jóvenes que a los adultos.

Estos dos medios de comunicación también se diferencian en la representación de los jóvenes desde el momento en que los relatos de televisión se orientan a la reproducción social de las normas, las organizaciones, las creencias y las costumbres; por el contrario, los relatos de prensa se especializan en temas relacionados con la proucción social y el cambio sociopolítico.

Además, la televisión elige para hablar de los jóvenes predominantemente los escenarios recreativos y domésticos, mientras que la prensa se inclina por los espacios públicos (institucionales o abiertos y educativos-culturales).

A partir de aquí, los modelos de jóvenes en cada medio de comunicación son contradictorios, ya que mientras que la televisión ofrece una imagen de un joven de éxito, atractivo y feliz (integrado), la prensa lo define como conflictiv (con problemas de integración).

De esta manera, la televisión vierte una imagen de los jóvenes asociada a temas más intrascendentes (espectáculos, diversión, moda y belleza, amor y sexualidad), aparecen en espacios lúdicos y de entretenimiento, sus funciones narrativas tiene que ver con los protagonistas y cooperantes de protagonistas y, en la mayoría de los casos, la imagen de los cuerpos es de mujeres.

En el caso de la prensa, los jóvenes aparecen asociados a temas transcendentes (producción scial y vida socio-política), se sitúan en vías públicas (igual que los adultos), sus funciones narrativas tienen que ver con el papel de víctimas, desempeñan más funciones referenciales que comunicativas y, sobre todo, la imagen de los cuerpos corresponde a hombres: