La campaña se basa en mensajes como "Dos mil años haciendo el bien" o "La Iglesia necesita que marques su casilla para seguir haciendo el bien".

Además, destaca que la Iglesia "transmite valores espirituales y humanos que redundan en beneficio de todos", por lo que necesita la colaboración de los contribuyentes para seguir difundiendo esos valores.

Por ello, la campaña pide que se pongan una "X" en la casilla de la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta y recuerda que de cada 6 euros de los impuestos que se pagan a Hacienda, 0,03 pasan a la Iglesia.

Asimismo, la Conferencia Episcopal explica que estas aportaciones económicas se destinan a la atención espiritual y humana que presta a todo persona que lo necesite; el mantenimiento de 25.000 parroquias y numerosos servicios sociales; la retribución de sacerdotes, religiosos y seglares que dedican su tiempo a la atención espiritual, y la evangelización y el desarrollo en el Tercer Mundo.