La campaña consta de 30.000 carteles, 8.000 dípticos y 1.300 vallas publicitarias con el lema "¿Y yo?...¡Protege mi vida!", y en la que se ven fotografías de embriones humanos, una mujer embarazada, un bebé y un lince sobre el que aparece un recuadro que dice "Lince protegido".

Esta iniciativa de la Iglesia católica, que finalizará el 30 de marzo, se enmarca en la Jornada por la Vida, que se celebrará el próximo 25 de marzo en todas las diócesis españolas.

El obispo auxiliar de Madrid y secretario general de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, explicó en rueda de prensa que la finalidad de esta campaña "es contribuir a la iluminación, a la clarificación y al fortalecimiento de la conciencia de todos y de los católicos acerca de la necesidad de proteger la vida del que va a nacer".

Martínez Camino destacó que esta campaña coincide en un momento en el que en España se anuncian cambios legales, donde el que va a nacer quedará todavía más desprotegido que con la actual legislación.

"Hay muchas distorsiones y muchas falsedades respecto de lo que está en juego, que, en definitiva, es la vida de los que van a nacer y que es un bien que debe ser protegido adecuadamente y proporcionalmente a lo que es el derecho de todos a la vida", recalcó.

Resaltó que los 30.000 carteles y las 1.300 vallas que se colocarán en 37 ciudades españolas "dan la voz a los que van a nacer. Ellos todavía no pueden expresarse, pero sí tienen ya el derecho a vivir. La campaña quiere darle voz para defender su derecho".

A renglón seguido, Martínez Camino dijo que "si muchos animales tienen una alta protección, incluso penal, ¿por qué se ha de proteger menos la vida de quienes van a nacer?".

"Está muy bien que se proteja a los animales en peligro de extinción, que se proteja la diversidad de la biosfera, pero justamente esta sensibilidad mayor que tenemos para la biosfera, nos debe hacer reflexionar acerca de la necesidad de proteger, no menos, sino más, a los seres humanos que van a nacer", sentenció.

A preguntas de los periodistas y, en este sentido, el obispo auxiliar de Madrid se mostró partidario de que el Código Penal prevea el mismo tratamiento punitivo a los delitos ecológicos que a las mujeres que no protejan la vida de los que van a nacer.