García hizo esta reflexión a Servimedia tras conocer por esta agencia que el sacerdote José Antonio Sánchez ha formalizado ante notario su relación afectiva con Ruperto Morillo.

El responsable de Familia de la Conferencia Episcopal reordó que el Vaticano ya ha manifestado "que hay que llevar cuidado de quién entra en el seminario", tras saltar a los medios de comunicación casos de pederastia, abusos sexuales y homosexualidad en miembros de la Iglesia católica.

"El sacerdocio nos reclama una entrega total desde un amor a Cristo y a la Iglesia, y eso requiere una madurez psicológica en todos los aspectos muy grande y un autodominio muy grande, que es lo que se ha llamado siempre la virtud de la castidad", recalcó.

García reprocó a Sánchez que no haya comunicado al obispado de Cuenca, diócesis a la que pertenece, que es homosexual, y aseguró que, "evidentemente, eso se puede ocultar, como otro tipo de deficiencia o de enfermedades de tipo psicológico".

"No comprendo cómo se puede pasar por un seminario y no tener la honradez suficiente de comprender el compromiso que requiere la Iglesia. La persona, o es honrada y acepta ese compromiso o, si no, debe comprender que ése no es su camino", concluyó.