LA IGLESIA DENUNCIA QUE LA ADMINISTRACION SE INHIBE DE LOS PROBLEMAS DE LOS TEMPOREROS DE LA CUENCA DEL EBRO

MADRID
SERVIMEDIA

La mayoría de los temporeros que se desplazan anualmente a zoas de la cuenca del Ebro para participar en las diversas campañas agrícolas trabajan sin contrato y mal remunerados, tienen graves problemas de alojamiento y padecen carencias sanitarias, mientras sus empleadores eluden sus obligaciones y la Administración se inhibe de solucionar estos problemas.

Estas son las conclusiones de un informe elaborado por Cáritas y las delegaciones en la Ribera del Ebro de la Comisión de Migración de la Conferencia Episcopal sobre la vida de los temporeros, que desde los mses de verano acuden a esta zona para trabajar en las campañas del tomate, pimiento, vendimia, fruta, espárrago, alcachofa y patata, principalmente.

Según cifras de estas organizaciones, unos 7.000 trabajadores acuden anualmente a esta zona (integrada por las provincias de Burgos, Alava, La Rioja, Navarra, Zaragoza, Huesca y Lérida), en su mayoría procedentes de Andalucía y Extremadura. Entre ellos destacan los de raza gitana, aunque en los últimos años se ha detectado también una mayor presencia de etranjeros.

El informe revela que la Administración sólo asiste con ayudas a poco más de la mitad de estos temporeros, ya que, según datos de la Dirección General de Migraciones, 4.183 personas recibieron durante 1990 subvenciones individuales para trasladarse a su destino laboral y sólo 14 familias obtuvieron apoyo económico para acompañar al trabajador.

Estas ayudas, que se otorgaron principalmente a trabajadores andaluces (3.720) y extremeños (344), experimentaron un crecimiento del 1,35 por cinto respecto a 1989, que fue del 38,9 por ciento.

El documento de la Iglesia afirma que una gran parte de estos temporeros no tienen contratos ni seguridad social y están mal pagados, viven en casas sin condiciones de habitabilidad, almacenes o cocheras, no disponen de una cobertura sanitaria ni educativa para sus hijos y hasta se dan casos de trabajadores menores de 16 años.

"No se respeta la legalidad; todo el mundo crea una conciencia no reivindicativa, servil y pedigüeña", se señala en otro pnto del informe.

Los agricultores eluden sus obligaciones, añade, pero también la Administración, que "se inhibe del problema, y sólo se implica cuando existen cuestiones de orden público o quejas del pueblo".

Esta situación contrasta con las actuaciones llevadas a cabo en años anteriores, cuando las diferentes comunidades autónomas y la Administración central dispusieron algunos servicios de acogida y atención al temporero, que este año sólo se han mantenido en escasos municipios.

Respectolos salarios, el jornal medio en la campaña de la patata en La Rioja asciende a 2.800 pesetas al día sin comida y alojamiento, mientras en la de la vendimia se está generalizando el pago a destajo, que oscila de tres a cuatro pesetas por kilo recogido.

Además, se contrata sin estipular el precio y bajo el argumento de "según paguen los demás", y se da una fuerte subcontratación.

Sobre la acogida que dispensan las poblaciones que reciben a estos trabajadores, se subraya que "en general existen meos problemas de integración cuando se trata de pueblos pequeños". Los mayores problemas surgen en el caso de los gitanos y los extranjeros.

Estas organizaciones católicas han creado un grupo de trabajo para canalizar ayudas y disponer servicios de atención a los temporeros. Mañana está previsto celebrar en Alcobendas (Madrid) el Encuentro Nacional de Temporeros, para analizar la situación actual del sector.

(SERVIMEDIA)
16 Ene 1992
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