Así lo indica en su último informe sobre "Comentarios de Coyuntura Económica", en el que el IESE señala que "hay bastantes razones convincentes para suponer que nos encontramos ante un aterrizaje económico controlable y no violento".

Según el IESE, las fases expansivas del ciclo económico pueden verse yuguladas por los denominados "shocks" externos, como subidas bruscas e intensas del precio del petróleo, cambios tecnológicos radicales y giros inesperados de plítica económica, entre otros, o por causas endógenas, como desaceleración de los beneficios de las empresas, cansancio de los consumidores y endeudamiento familiar, por ejemplo.

A juicio de este instituto, nada hace pensar que, una vez asumida la nueva factura petrolera, estemos al borde de un nuevo "shock" externo traumático. "Más bien parece que el aterrizaje económico que esperamos viene determinado por aquellas causas denominadas 'endógenas' y, en consecuencia, tenderá a ser suave y manejable", aunta el IESE, aunque advierte de que esto será así "si no lo estropeamos con políticas inadecuadas".

Incluso en el caso de que los acontecimientos se desborden y la inflexión económica se haga más profunda de lo esperado, hasta degenerar en auténtica recesión, el IESE cree que lo que ocurrirá no será muy grave o, por lo menos, muy duradero, ya que la gran mayoría de los gobiernos disponen en la actualidad de suficiente bagaje como para afrontar este tipo de situaciones con éxito.

Además, según elIESE, la mayoría de los gobiernos, entre ellos el español, disfrutan hoy de un margen de actuación para la política antirrecesiva mucho más amplio del que han tenido jamás, tanto en el orden fiscal como en el terreno monetario. A su juicio, ninguno de los puntos bajos del ciclo en los últimos 30 años se ha presentado en una situación de holgura fiscal tan pronunciada como la actual.

En el caso concreto de España, el IESE destaca que alcanzaremos el equilibrio presupuestario este año, con lo que no había de existir, en su opinión, problema alguno para proceder a rebajas significativas de impuestos si el comportamiento recesivo de la economía así lo requiriera.

"Disponemos, pues,", concluye el informe del IESE, "de un arsenal suficiente -conceptual y político- como para afrontar dificultades coyunturales, aún en el caso improbable de que arreciaran en su intensidad. ¿Quién ha de temer, pues, al lobo de la recesión?, No nos parece que haya motivos de alarma".