Los expertos trabajaron con voluntarios que eran bilingües en inglés y ruso, y les pidieron resolver una serie de problemas matemáticos en uno de los dos idiomas, distinto al que habían utilizado para aprender los cálculos básicos. Si aprendieron en inglés y realizaron los problemas en ruso, los voluntarios necesitaron un segundo más para resolver los problemas.

El hallazgo confirma la teoría, sugeida por el propio Albert Einstein, de que las ideas numéricas aparecen en la mente como imágenes o que están relacionadas con representaciones verbales de números cuando se intenta descifrar problemas, como han apuntado otros.

Además, los expertos han podido localizar en qué parte del cerebro tiene lugar esta actividad mental, el lóbulo frontal izquierdo, donde se asocian los símbolos y el lenguaje, y en los lóbulos parietales derecho e izquierdo, donde se desarrolla el sentido de la representación esacial y visual, y donde se ejerce el control de los movimientos de los dedos, que muchos niños utilizan para contar cuando aprenden matemáticas.

Según Stanislas Dehaene, estas pruebas no deberían utilizarse para afirmar que un niño es de forma natural mejor o peor en matemáticas. Es más, muchos estudios han indicado que la educación del niño influye más que cualquier habilidad innata.

Por esta razón, los expertos han sugerido que los resultados de su estudio podrían llevar a mejorar los métodos d enseñanza, y que incluso los niños con problemas en el lenguaje deberían ser capaces de desarrollar su capacidad para las matemáticas.