Las centrales advierten que la falta de decisión sobre la continuidad del equipo gestor de Iberia, cuatro meses después de celebradas las elecciones y a los sesenta días de formar Gobierno, "está poniendo en grave riesgo la viabilidad de una compañía que ya atravesaba serias dificultades".

Los sinicatos recordaron al presidente del Gobierno y a su ministro de Industria, Josep Piqué, que "en noviembre de 1994 firmaron unos acuerdos con la compañía por los cuales se comprometieron a realizar unos sacrificios salariales con el fin del saneamiento de Iberia".

"Sin embargo", afirmaron, "ese esfuerzo de los trabajadores se está viendo frustrado por el aparente desinterés del nuevo Gobierno hacia Iberia y, en general, hacia las empresas públicas en dificultades, algo que no ocurre con las más rentabls para las que no ha tenido problemas en encontrar un rápido relevo".

Las centrales sindicales también subrayaron al presidente del Gobierno y a su ministro de Industria que el 1 de enero de 1997 se producirá la completa liberalización del sector aéreo. "Como ellos sin duda conocerán, el resto de las compañías europeas se están preparando para ese momento con el fin de competir con fuerza y ser viables en el nuevo marco que se crea. Mientras eso ocurre fuera, Iberia está paralizada esperando una decisón del Gobierno".

Finalmente, los sindicatos advirtieron que "el futuro de 25.000 familias y el de una gran compañía, junto al destino de miles de millones de pesetas de contribuyentes españoles, están en manos de José María Aznar y de su ministro de Industria. Esperamos que consideren nuestras razones y, en el caso de que la actual dirección no goce de su confianza, nombren al nuevo equipo directivo de Iberia de forma inmediata".