Según la eléctrica española, dicha central de generación, puesta en marcha por Iberdrola y RWE al 50% en diciembre de 2003, supuso una inversión de alrededor de 260 millones de euros.

Su principal misión es suministrar energía al área de Tarragona y, especialmente, a la empresa BASF, a la que también proporciona vapor en régimen de cogeneración.

La salida de la compañía alemana del capital de este ciclo combinado, que ya no consideraba estratégico para el desarrollo de su actividad en España, Iberdrola sigue incrementando el peso de las instalaciones menos emisoras de CO2 en su mix de generación.

Según Iberdrola, gracias al empleo del gas natural como combustible, un ciclo combinado produce un tercio del CO2 que emite una planta térmica de carbón y 10 veces menos de óxidos de nitrógeno, aparte de no emitir dióxido de azufre ni partículas.

Además, "este tipo de centrales destaca por su mayor eficiencia ya que, una vez consumido el gas para producir electricidad, el calor derivado se aprovecha para generar más energía. Un doble proceso que se traduce en menores costes de generación".

Según el balance de producción de Iberdrola correspondiente al primer semestre de 2008, el significativo incremento de la producción mediante ciclos (+62%), no sólo elevó su peso en el balance energético de la empresa en España hasta el 31%, sino que propició, pese a la caída de la generación hidroeléctrica, una significativa disminución de las emisiones de CO2: 149 gr/kWh (gramos por kilovatio/hora), frente a los 179 del mismo periodo de 2007.

Este aumento de capacidad se enmarca, asimismo, en el Plan Estratégico 2008-2010 de Iberdrola, cuyos objetivos para el negocio de generación en España, área a la que se invertirán unos 1.300 millones de euros, contemplan tanto la puesta en marcha de nuevas centrales capaces de atender las puntas de demanda (hidráulicas de bombeo y ciclos combinados) como la realización de mejoras medioambientales en las instalaciones ya operativas.

El Grupo Iberdrola también dispone de centrales de ciclo combinado de gas operativas en Latinoamérica y Reino Unido, que, a finales de junio de este año, sumaban una potencia instalada de más de 5.150 MW y de 1.900 MW, respectivamente. Asimismo, promueve una instalación de estas características, de 850 MW de capacidad, en la localidad portuguesa de Figueira da Foz.