La empresa prevé destinar el 50% de esta cifra (160 millones de euros) a poner en marcha nuevas infraestructuras de distribución de energía eléctrica. Entre éstas destacan las subestaciones de Betxí, Oropesa y El Serrallo, en la provincia de Castellón, San Miguel de Salinas y Cantalar, en la de Alicante, y Benicull y Morvedre, en la de Valencia.

Al área de negocio liberalizado irán a parar otros 147 millones, sobre todo para financiar los dos proyectos mediante tecnologías limpias que promueve Iberdrola a día de hoy: el ciclo combinado de Castellón 4, cuya entrada en operación comercial está prevista para los próximos meses, y la central hidroeléctrica La Muela 2, ya en construcción y cuya puesta en marcha se espera para 2012.

Asimismo, la eléctrica va a invertir aproximadamente 13 millones de euros a lo largo del año en curso para seguir potenciando sus infraestructuras gasistas en la Comunidad Valenciana.

Sánchez Galán recordó que estas actuaciones se enmarcan en el Plan Estratégico 2008-2010 de la empresa, que contempla una inversión global de 1.000 millones de euros en esta comunidad a lo largo del periodo de referencia.

Durante el trienio que ahora comienza, 550 millones de euros (55% del total) irán a parar a la distribución de energía eléctrica y gas; al área de negocio liberalizado se destinarán 380 millones de euros (38%) y 30 millones serán para la filial de energías renovables. Finalmente, los proyectos de Iberdrola Inmobiliaria contarán con un presupuesto de 40 millones de euros.

La compañía realizó el pasado ejercicio compras en la región por un importe de 430 millones de euros. Además, tiene compras y contrataciones en curso por valor de 1.200 millones.

Actualmente, cuenta con 4.450 MW (megavatios) de capacidad instalada (incluyendo la potencia de Castellón 4), 3,4 millones de puntos de suministro y cerca de 2.100 empleados en la comunidad.