Mientras la energética española se define como "el mejor aspirante" a comprar Energy East, los trabajadores del organismo regulador aconsejan que no se permita dicha operación.

Los técnicos de la Comisión consideran que este organismo "debería negar" a Iberdrola la compra de la estadounidense Energy East.

La eléctrica vasca acordó la compra de esta empresa, con el consenso del 97% de su accionariado. De hecho, Iberdrola siempre ha tenido en sus planes culminar esta adquisición en el primer semestre de 2008.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, habló ayer de completar la compra "este verano", ya que, para poder llevarla a cabo, falta obtener un último permiso: el del Estado de Nueva York.

Dio por sentado que obtendría la citada autorización, tras condeder la del resto de los estados implicados, pero planteó que, de no lograrse, Iberdrola invertirá en otra empresa estadounidense, ya que "hay muchas oportunidades para llegar a acuerdos en otras empresas" en este país.

A falta de una decisión definitiva por parte de este organismo, los técnicos que trabajan en el caso de Iberdrola-Energy East no creen acertado conceder a la eléctrica de Sánchez Galán este permiso.

Aún en el caso de que finalmente se permitiera la compra, los técnicos proponen que se marquen unas "condiciones" para la misma. Entre estas condiciones, se encuentra el requerir a Iberdrola "ventajas monetarias" lo suficientemente altas como para compensar los riesgos que entrañaría la operación, ante la posibilidad de que la francesa EDF lance una opa sobre Iberdrola.

Por su parte, la propia Iberdrola esgrime, en un documento presentado ante el regulador neoyorquino, que en el caso de que se le permita comprar Energy East conservará todos los empleos e invertirá al menos 100 millones de dólares en Nueva York, para el desarrollo de energía eólica durante los próximos tres años.

Según Iberdrola, siempre que una compañía cambia de propiedad hay "riesgos inherentes". Pero, añade, "no es probable encontrar un aspirante (a comprar Energy East) superior a Iberdrola".

"Desde el punto de vista del interés público, esta transacción beneficia a toda Nueva York", ya que le permitirá alcanzar los objetivos de reducción de emisión de CO2 que la ciudad tiene marcados para el año 2015 (a través de la citada generación eólica).

En conclusión, Iberdrola se reivindica como la mejor opción y solicita al regulador norteamericano que su pretensión sea atendida "tan rápidamente como sea razonable".