IBCA señala el carácter de institución pública de este organismo financiero, dependiente de la Generalitat de Cataluña, con funciones de desarrollo regional. En algún momento del pasado reciente, el gobierno regional trató de que tuviera algunas funciones asimilables a las del Banco de España.

A la hora de asignar esta calificación a ICF, IBCA destacael margen relativamente alto que obtiene en sus operaciones, a pesar de carecer de finalidad de lucro y las comisiones e ingresos que cobra por sus avales.

Además, las leyes autonómicas de Cataluña establecen que el gobierno regional garantiza las obligaciones financieras de sus organismos dependientes, como es el caso del ICF. De hecho, recibe sus fondos del presupuesto regional.

Aunque durante el período de recesión entre 1992 y 1994 ICF registró un crecimiento fuerte de su morosidad, en 1995 h logrado mejorar la calidad de su activo, proceso que IBCA considera que continuará con la recuperación económica de Cataluña.