IBARRA Y POSADA DEFIENDEN QUE PP Y PSOE GARANTICEN L COOPERACION RENUNCIANDO A SACAR PARTIDO DE LAS DISIDENCIAS AUTONOMICAS
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El ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, y el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, coincidieron hoy en pedir que se destierren como arma política las discrepancias internas entre las direcciones del PP y del PSOE con sus respectivos dirigentes territoriales en materia de cooperación autonómica.
Ibarra fue el único presidente autonómico que asistió hoy en el Senadola presentación del proyecto de cooperación autonómica que prepara Administraciones Públicas y en ese foro, advirtió que los partidos de ámbito nacional hacen "un flaco favor a la construcción del Estado autonómico cuando nos echamos en cara si se sigue o no se sigue la disciplina impuesta por el partido a nivel nacional".
En este sentido, puntualizó que, "si yo hago una declaración que no coincida con la que mantiene mi partido, esto no debe ser un instrumento de ataque a mi partido, porque en últim instancia lo que le decimos a los españoles es que si lo que yo tengo que hacer en Extramadura es lo que diga el señor Zapatero o si lo que tiene que hacer el señor Sanz en La Rioja es lo que diga el señor Aznar, ¿para qué necesitamos el sistema autonómico?".
Además, Ibarra argumentó que pedir a los dirigentes autonómicos que se limiten a validar las opiniones de las centrales de sus partidos, es tanto como enviar a los ciudadanos el mensaje de que "si no quieren que en su región se haga lo que dicenen Madrid, voten a un partido nacionalista".
Entiende el presidente extemeño que ése es "un camino muy peligroso" que, además, impide ver los éxitos del sistema autonómico y analizar sus fallos.
Este extremo fue respondido por el ministro de Administraciones Públicas, que se mostró de acuerdo en la necesidad de que PP y PSOE no se echen en cara mutuamente las posibles diferencias que se puedan dar entre dirigentes nacionales y autonómicos arropados bajo sus siglas.
"Estoy muy de acuerdo en qe no se deben usar las opiniones de un partido o de un consejero" para desacreditar unas siglas contraponiendo sus opiniones, señaló el ministro.
En su segunda réplica, Ibarra lanzó una carga de profundidad a los "tertulianos cavernícolas" para que tomen nota "de que usted y yo coincidimos" en este punto concreto.
CENTRAR EL DISCURSO
Ibarra quiso sentar las bases de su discurso sobre una serie de supuestos que, a su juicio, deberían quedar fuera del debate político. Explicó en su intervención qe éste ya no es el momento de pedir más transferencias porque esa reclamación "está fuera de tiempo".
"Tampoco estamos en un debate nominalista", continuó, sobre como describir el Estado español, porque esa discusión "no tiene sentido" y muchas veces ha servido para "distraer la atención de lo que de verdad está en juego".
Por ello, pidió eludir el debate sobre si el Estado es federalista o autonomista porque "no conduce a nada" y será imposible encontrar puntos de encuentro entre las diversas inerpretaciones que se dan en la España plural.
EXITOS Y FRACASOS
Ibarra considera que el gran éxito del sistema español es haber pasado en tan poco tiempo de ser un "país centralista, uniforme y uniformado" a un país "descentralizado y complejo".
En cambio, sus dos fracasos han sido, bajo el punto de vista de Ibarra, que no se ha conseguido una definición política del sistema desarrollado en España, "que sea inteligible y que pueda ser asumida por todos".
Esta definición debe hacerse "con atura de miras" y de manera que "cada una pueda sentirse español como le de la gana, incluso antiespañol". Quedaría así desterrada la diferenciación entre "españoles buenos y malos" con sólo dos condiciones "que trabaje en la defensa de las libertades individuales y colectivas y que sea usted corresponsable de los mecanismos de solidaridad entre todos los epañoles".
Bajo este supuesto, ser nacionalista o autonomista sería perfectamente posible. En esta linea, Ibarra sugirió que España se podría definircomo "un espacio donde se practica la libertad y se tienen instrumentos de solidaridad para usarlos cuando sea necesario".
El segundo fallo del actual sistema es, tal y como considera el Gobierno, la falta de cooperación entre las administraciones central y autonómicas que "funcionan razonablemente bien" pero "siempre en paralelo, en encontrarse nunca".
"Es fácil fotografiar a los presidente autonómicos en Bruselas, pero es muy difícil retratarlos juntos en España, salvo que haya una boda real", romeó Ibarra.
El presidente extremeño se mostró plenamente favorable a la cooperación "y no en el sentido débil que a mi me ha parecido apreciar en sus palabras", cuando ha dicho que se colaborará en "lo que se pueda". "Cooperar hay que cooperar, coordinar es otra cosa", sentenció Ibarra.
PROPUESTA DE COOPERACION
Rodríguez Ibarra hizo una propuesta concreta de colaboración entre las administraciones centrales y autonómicas basada en cuatro puntos: la reforma del Senado, la creación de una Confeencia de Presidentes Autonómicos, el cambio del sistema de Conferencias Sectoriales y la participación de las comunidades en los Consejos de Ministros de la UE.
Entiende el dirigente socialista que los mecanismos de cooperación son imprescindibles y tienen que comenzar por la creación de una Conferencia de presidente autonómicos, que el presidente del Gobierno debiera recibir dos veces al año.
Posada le respondió que quizá la postura "maximalista" de crear este órgano no lograra el consenso suficente, pero aventuró que podrían introducirse cambios en el modelo de confrencia sectorial, de manera que los ministros correspondientes se vieran "mucho más obligados" a convocarlas.
Sobre lo que no se pronunció el ministro es sobre la inciativa de Ibarra de que los consejeros adscritos a una conferencia sectorial puedan reunirse sin el ministro de turno, para discutir su problemas comunes, y que tengan la capacidad de reclamar la presencia del ministro.
Este tipo de cooperación debería funcionar según dijo, también para casos como el de la reforma educativa que prevé el Gobierno central y que regirá en las comunidades que tienen competencias exclusivas y que no han sido consultadas.
Ibarra se alineó con los que defienden la presencia de la CCAA en los Consejos de Ministros de la UE. Insistió en que no pretende "ocupar la plaza del ministro", sino "ir con el ministro acompañándole cuando sea necesario y responsabilizarse de las cesiones que haya que hacer en la negociación ante la conferenciasectorial correspondiente".
No se trata, dijo, "de vigilar al ministro", sino de "apoyarle" y "argumentar políticamente, cubriéndole en aquellas cosas que no se puedan conseguir ante la conferencia sectorial".
Este es un punto en el que Posada no avanzó ni un paso más del ya explicitado en su primera intervención, y aunque insistió en que está abierto al diálogo y reconoció que ha habido acercamientos no hizo ninguna contraoferta.
En cuando al Senado, Ibarra defendió una reforma que no tienepor qué hacerse por unanimidad, un aspecto compartido por el ministro que pretende conseguir consensos amplios pero no unánimes.
El presidente extremeño reconoció en la última parte de su discurso haber sido "antes bastante centralista", pero después de trabajar 20 años en un Estado autonómico dijo entender más a los nacionalistas y se mostró partidario de defender las señas de identidad de todos los territorios, pero sin perder la cohesión y la solidaridad.
(SERVIMEDIA)
14 Feb 2002
SGR