En su libro "Rompiendo Cristales", Ibarra recuerda que Maragall había prometido en el Comité Federal del PSOE de junio de 2005 "que su propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña no incluiría ni un sólo artículo inconstitucional" y sin embargo "más adelante, se vería que a su buena voluntad y a la palabra dada, se antepuso su condición de nacionalista catalán".

Ibarra reconoce, en este texto donde repasa sus 30 años de vida política, la existencia de enfrentamientos entre los barones del Partido Socialista ya desde las primeras páginas, en las que narra una cena en Madrid con los presidentes autonómicos del PSOE y dirigentes del partido, que tuvo lugar el 5 de noviembre de 2005, horas antes de sufrir el infarto que le llevaría a dejar la primera línea de la política activa.

La cena reunió a los presidentes de las comunidades gobernadas por el PSOE un día antes de que se celebrara el debate sobre el Estado de las Autonomías en el Senado. Un encuentro que Ibarra califica de "inútil" ya que los dirigentes socialistas acudieron con sus "discursos más que cerrados y escritos".

El ex presidente de Extremadura cuenta que a él le "interesaba el discurso de Maragall, pues estaba convencido de que en todo lo relativo a los asuntos territoriales, estaría bastante más alejado" de sus "pensamientos que las posiciones de los populares".

"Todos estábamos alerta y no precisamente porque supiéramos lo que iba a decir. Nadie sabía por donde saldría (Maragall). Me atrevería a decir que ni siquiera él tenía una idea clara de lo que iba a hablar la mañana siguiente", explica.

Según Ibarra, él y José Bono "estiraron al máximo su concepción de la España diversa" para llegar al pacto sobre el modelo territorial que los socialistas firmaron en la localidad cántabra de Santillana del Mar en 2003.

Un esfuerzo por el consenso entre las familias socialistas que, a su juicio, no fue respetado por Pasqual Maragall, ni respaldado suficientemente por la mayoría de los asistentes a esa cena, en la que, entre otros, participaron Marcelino Iglesias, José María Barreda, José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Además, en estas memorias sobre su vida política, también rememora como su compañero Bono, ministro de Defensa por aquel entonces, dijo semanas antes de que se celebrase esta cena, en una recepción en la Embajada de Portugal, que "si el término nación" aparecía en el Estatuto de Cataluña él dimitiría.

El estatuto catalán se aprobó en el Congreso de los Diputados el 30 de marzo de 2006 con el término nación incluido en su preámbulo. El anuncio de que Bono deja la cartera de Defensa se hace el 30 de abril de 2006, en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros en la que el actual presidente del Congreso de los Diputados asegura que ya había presentado su dimisión al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tres meses antes.

Ibarra tres años después de sufrir aquel infarto que le impidió asistir al debate del Estado de las Autonomías donde empezaba a gestarse la apuesta de los socialistas catalanes por el modelo de Estatuto que se aprobaría meses después, defiende que en el Congreso sólo deberían estar presentes los partidos que se presenten en todas las circunscripciones electorales ya que la Cámara Baja "representa la soberanía nacional completa".

Por eso, aclara que los partidos que "representen únicamente una parte de esa soberanía" nacional, como es el caso de los nacionalistas, "deben ir sólo al Senado" y ,en todo caso, "para entrar en el Congreso" dichos partidos podrían hacer coaliciones, como en las elecciones europeas".