En declaraciones a la cadena Ser, Rodríguez Ibarra recordó que la propuesta inicial se basaba en cuatro principios: competencias exclusivas, definición de Cataluña como nación, una financiación "que se parecía al cupo vasco", y una agencia tributaria única.

Si se aprueba la reforma, sentenció, será porque ninguna de esas cuatro cosas permanece así. Existe, por tanto, una "enorme diferencia" entre lo propuesto y lo que en este momento se está discutiendo.

El presidente extremeño concluyó, en consecuencia de todo ello, que, si los partidos catalanes mantienen esos objetivos como principios irrenunciables, "no hay Estatuto".

El objetivo del PSOE y de la mayoría de las Cortes Generales que tiene potestad para aprobar la reforma es garantizar que el juego "sin red" iniciado en 1978 sigue dando buenos resultados, y para ello hay que evitar siempre "subastas de competencias" en los que unos ganan en la misma medida en que otros pierden.

Rodríguez Zapatero aseguró que el primer secretario del PSC, José Montilla, es el más interesado en que el texto sea plenamente respetuoso con la Constitución, entre otras cosas porque está convencido de que el PP lo llevará al Tribunal Constitucional.

A pesar de que no hay fecha límite para cerrar el acuerdo, el mandatario extremeño reconoció que al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, le gustaría poder explicar ante su Comité Federal, el próximo día 21, por dónde van las cosas.

Rodríguez Ibarra se mostró especialmente crítico con CiU, formación más dura en las negociaciones, sobre todo en lo referente a la financiación, porque en 2001 alabó "de forma frenética" el modelo ahora vigente.

"LOS LISTOS DE LA PELÍCULA"

Se preguntó por qué ahora hay que aceptar que Cataluña ha estado mal financiada, después de que los dirigentes de CiU "siempre nos dijeron que ellos eran los listos de esta película, que tenían la sartén por el mango y los demás éramos tontos porque ellos se llevaban el dinero y los demás las migajas".

Puesto que no cree que Jordi Pujol negociara mal en aquel momento y fuera "engañado" por el Gobierno central, se preguntó directamente si durante los últimos años la Generalitat ha gestionado bien sus recursos.

Rodríguez Ibarra no quiso entrar en un debate de solidaridad entre territorios, y defendió la tesis de que son los ciudadanos, vivan donde vivan, los que pagan sus impuestos en función de su renta, y después el Estado redistribuye, también en función de las necesidades de los ciudadanos.

La cena de los presidentes autonómicos socialistas en Moncloa con el presidente del Gobierno se prolongó hasta la una de la madrugada y, según Rodríguez Ibarra, hubo entendimiento porque se dejaron al margen reformas concretas y se habló de lo que globalmente puede hacer el PSOE para adaptar España a los nuevos tiempos.

Rodríguez Ibarra explicó que su relación con Pasqual Maragall es buena y, de hecho, en la cena de ayer tuvo oportunidad de agradecerle personalmente que fuera el primero en acercarse al hospital cuando, el pasado mes de noviembre, sufrió un infarto.

De ese "accidente cardiovascular" no le han quedado secuelas, exactamente igual que el caso de un percance con un coche cuando se sale ileso. En su caso, añadió, ha decidido, además, no coger "miedo al coche", y proseguir con su vida habitual.