Para Gómez Jaén, "desde un punto de vista estrictamente económico, Hunosa no es ni será nunca viable, a pesar de las mejoras conseguidas en la gestión".

Por esa razón, "cualquier alternativa a largo plazo debe contemplar una reducción de actividad de la empresa ya que, aún considerando la explotación más eficiente posible, su margen bruto es negativo".

Además, no es posible disminuir el déficit de explotación, que en 1990 ascendió a 56.331 millones de pesetas, mnteniendo el actual tamaño de la empresa, ya que se requerirían incrementos de la productividad de entre el 45 y el 60 por ciento, "cifras de todo punto inalcanzables", según Gómez Jaén.

Los problemas de rentabilidad de Hunosa tampoco pueden ser paliados con mayores inversiones porque, dadas las características de sus yacimientos, reducirían ligeramente el coste técnico unitario pero "no disminuirían de forma sustancial los resultados económicos".

Para el presidente de Hunosa, existe, a pesar de odo "una razón importante para continuar con la actividad de Hunosa: el mantenimiento de un cierto nivel de empleo en las comarcas mineras asturianas, ya que Hunosa constituye la más importante fuerte de empleo en la cuenca central asturiana".

En su opinión, el compromiso que debe alcanzarse, para dar respuesta a las necesidades de la sociedad asturiana y a las exigencias comunitarias, debe consistir en una combinación de medidas de productividad y reducción del empleo.