Esa es la proyección difundida este jueves por el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), que es el programa de observación de la Tierra financiado por la UE.

Además, esos incendios forestales han liberado el nivel más alto de emisiones de carbono en cualquier mes de septiembre desde 2003, año en que comienza el registro del Sistema Global de Asimilación de Incendios (GFAS, en inglés) del CAMS.

Este Sistema sigue de cerca estas emisiones de fuegos forestales y su transporte de humo a larga distancia. No en vano, se prevé que este llegue a España y Francia durante este fin de semana.

Varios incendios forestales han estado afectando al norte de Portugal desde el pasado 14 de septiembre, lo que ha provocado las emisiones totales estimadas más altas de este mes -incluyendo carbono y contaminantes nocivos como partículas PM10 y PM2.5- en los 22 años del conjunto de datos del GFAS del CAMS.

Las emisiones totales estimadas, utilizadas como indicador de la fuerza de los incendios, son de 1,9 megatoneladas de carbono hasta este miércoles, en comparación con el total más alto de septiembre anterior para Portugal, de alrededor de una megatonelada de carbono en 2003.

PREVISIONES

Las previsiones de calidad del aire del CAMS muestran que las columnas de humo procedentes de estos incendios forestales se han desplazado hacia el Atlántico, pero se prevé que durante los próximos días recirculen por el norte de la Península Ibérica a través del golfo de Vizcaya y hacia el oeste de Francia.

No obstante, este servicio de Copernicus destacó que “el pronóstico de lluvias para el final de la semana puede ayudar a extinguir o reducir el número de incendios”.

Aun así, se espera una degradación significativa de la calidad del aire en el norte de Portugal durante los próximos días debido a los fuegos forestales. Las concentraciones previstas de material particulado fino PM2.5 se mantendrán relativamente altas al menos hasta el 25 de septiembre.

Las partículas PM2.5 tienen como mucho 2,5 micras de diámetro, lo que hace que sus implicaciones potenciales para la salud pública sean más significativas, ya que pueden penetrar en el sistema respiratorio y potencialmente ingresar al torrente sanguíneo.