Al encontrar los huesos, el cúbito, el radio y el resto del carpo de lo que fue un brazo, se reavivó el caso no resuelto del industrial de Guadalupe (Cáceres) Guzmán Martín, que al parecer fe secuestrado hace diez años y del que nada se ha vuelto a saber desde entonces.

Vecinos de la zona de Guadalupe piensan que los huesos hallados pueden ser del industrial, posibilidad que no se descarta al saberse ahora que son de una persona que medía metro y medio, ya que el industrial de Guadalupe era un hombre bajo, según "Hoy". Las personas que lo conocían recuerdan que medía o mide (su muerte aún no está demostrada) sobre 1,60 metros de estatura.

Por otra parte, de un primer análisis realizdo en Cáceres por Jesús Montero se desprende que los huesos encontrados no son de una persona fuerte, pudiendo ser de una mujer. No obstante, cuando el industrial secuestrado desapareció, el 2 de marzo de 1984, era una persona débil. Contaba con 68 años y estaba bajo tratamiento médico al haber sufrido una embolia de la que no estaba aún recuperado. También padecía trastornos digestivos.

El médico forense Federico Jesús Montero indicó que se sabrá si los huesos pertenecían o no al industrial secuestrao tras los análisis a que están siendo sometidos en Sevilla y que durarán alrededor de un mes.

Gracias a los trabajos del Instituto Anatómico Forense se conocerá si los huesos pertenecían a un hombre o a una mujer, la edad que tenía y cuánto tiempo ha transcurrido desde su muerte. En caso de duda, se podrá comparar el ADN de los restos del fallecido con el de uno de los hijos del industrial, lo que hará posible conocer con exactitud si los huesos son de Guzmán Martín.

El 2 de marzo de 1984 desapaeció Guzmán Martín Rodríguez cerca de Guadalupe, localidad situada a unos 18 kilómetros del lugar donde se encontraron los huesos. La tarde en la que desapareció el industrial fue a llevar a Alía (Cáceres) a un empleado de una de sus fincas, un pastor que cuidaba de su ganado.

De regreso a su casa, en la carretera de Alía a Guadalupe, su coche, un Ford Fiesta rojo, fue interceptado por alguien a la altura del kilómetro 170, hacia las siete y media de la tarde. Media hora después, un supuesto secuestraor llamó a un hermano de Guzmán Martín diciendo que lo había secuestrado y contando dónde podían encontrar el coche, en el que verían una nota.

El turismo fue encontrado por la Guardia Civil abandonado a 9 kilómetros de Guadalupe, fuera de la carretera, con la luna delantera desmontada. Debajo de los asientos encontraron una nota muy mal redactada, en la que se pedían 25 millones de pesetas por el rescate.

Guzmán Martín poseía una almazara, una pequeña tienda de tejidos y algunas tierras. Estaba asado y tenía dos hijos, José Luis y María Eulalia, que entonces, hace diez años, tenían 37 y 33 años, respectivamente.

La llamada de teléfono y la nota son las únicas pruebas del supuesto secuestro. Años más tarde sería juzgado un taxista de la zona, al acusarle de ser el autor de la nota en la que se pedían los 25 millones, pero fue absuelto por falta de pruebas.

Diez años después de la desaparición del industrial, su caso se reaviva al encontrar el cabrero José Barba los huesos de un brazo en a finca "La Alberguería", en un barranco cerca de la ermita de Belén, que a su vez se encuentra a unos tres kilómetros de la localidad de Cañamero. Los huesos no estaban muy enterrados y la Guardia Civil no encontró más restos en esta zona.

Algunos vecinos de Cañamero indicaron que en el caso de que los huesos no sean del industrial de Guadalupe, deben pertenecer a alguno de los maquis fusilados después de la Guerra Civil en la ermita cerca de la cual se han encontrado los huesos, precisamente en un brranco donde pudieron echar a lo fusilados.