La huelga ha entrado en su cuarta semana y el sindicato culpa a la Administración de "la desmotivación de los médicos, por considerarse discriminados, slarial y profesionalmente, en el marco de una sanidad pública al borde de la inanición".

La CESM rompió el pasado viernes, día 26, las conversaciones que mantenía con el Insalud. La última propuesta de la Administración no agradó al comité de huelga de la CESM, porque "no se daba satisfacción a las demandas básicas de los médicos".

A juicio del sindicato, "con las confusas propuestas, el Insalud nos quiere hacer cómplices de un sistema que ha fracasado, y a esto los médicos respondemos con una rounda negativa, ampliamente plasmada en las asambleas que diariamente se celebran en todos los hospitales".

El sindicato convocante del paro pide para este año un reparto lineal de 30.000 pesetas por facultativo, en concepto de retribución fija, y el compromiso expreso de conceder cantidades adicionales superiores para los dos próximos años, a fin de normalizar los sueldos en todo el Sistema Nacional de Salud en 1997.

"Si el Insalud", señala el sindicato, "sigue haciendo oídos sordos a este pacto ue ofrecen los médicos, nos veremos obligados a exigir, de una u otra forma, una rápida resolución del conflicto. La irresponsabilidad de nuestras autoridades sanitarias no puede ser tolerada por más tiempo, ni por los ciudadanos ni por los médicos, cuando estamos convencidos de que nuestra causa es justa y perfectamente asumible por la Administración".

Finalmente, la CESM afirma que "el ministerio debe saber que su cerrazón está condenada al fracaso, ya que no es posible hacer una buena sanidad contr los médicos".