HUELGA GENERAL. ZAPATERO Y FIDALGO EXIGEN CONJUNTAMENTE AL GOBIERNO LA RETIRADA DE SU PROYECTO PARA REFORMAR EL DESEMPLEO

MADRID
SERVIMEDIA

Las direcciones del PSOE y de CCOO, con sus máximos dirigentes a la cabeza, José Luis Rodríguez Zapatero y José María Fidalgo, coincidieron hoy en exigir al Gobierno la retirada de su proycto para reformar la prestación por desempleo.

Ambas delegaciones se reunieron esta mañana en la sede socialista de Ferraz, en un encuentro que se enmarca en los contactos habituales de las dos organizaciones, pero que estuvo en esta ocasión marcado por la posible convocatoria de una huelga general.

En la rueda de prensa posterior, el secretario de Política Económica del PSOE, Jordi Sevilla, y el responsable de Acción Sindical de CCOO, Fernando Puig, criticaron el fondo y la forma de esta reforma y eludieron pronunciarse sobre la posible huelga general, toda vez que los socialistas han mostrado su preferencia por la continuidad del diálogo, pese a responsabilizar al Ejecutivo de la confrontación.

Puig reiteró que el texto del Gobierno, además de ser injusto, "no tiene sentido" si el objetivo es realmente construir un modelo de crecimiento económico compatible con el empleo estable. La única salida, en su opinión, es la retirada del proyecto y la apertura de una negociación que conduzca al paí al pleno empleo.

Jordi Sevilla coincidió con esta exigencia y juzgó "cada vez más evidente que a este Gobierno la mayoría absoluta se le ha subido a la cabeza" y da muestras de ser "una derecha dura, con una arrogancia tremenda y con una tendencia cada vez mayor a reñir a los discrepantes y a renunciar al diálogo".

Los socialistas consideran, en definitiva, que el Ejecutivo pretende imponer "una mala reforma para un problema que no es prioritario, y lo hace además de forma poco acorde con la demcracia".

El dirigente socialista eludió entrar a opinar de la posible convocatoria de huelga, argumentando que el debate ahora es cómo se puede evitar, si bien insistió en que es el Gobierno el que tiene la responsabilidad de impulsar el diálogo con los sindicatos.

Puig tampoco entró en el detalle y, ante las insistentes preguntas, optó por criticar al presidente del Gobierno "por decir que quien no trabaja es porque no quiere o es un vago", cuando el 43 por ciento de los parados no cobra ningún ubsidio y, de los que cobran, en la mitad de los casos no supera las 55.000 pesetas al mes. Esas palabras, dijo, "son un insulto al sentido común".

(SERVIMEDIA)
14 Mayo 2002
CLC