Durante los últimos tres años se han perdido en el municipio más de 1.000 puestos de trabajo y las previsiones son peores, ya que más de 2.000 empleos están en peligro.

Las grandes conserveras en crisis de la localidad son La Molinera, Prieto, Maximino Moreno y Hernández Contreras, de las que depende el trabajo de la mayor parte de la población, que, según el secretario regional de CCOO, José Cánovas, ha sido engañada or el Gobierno regional.

"El polígono industrial de Molina de Segura ha sido el engaño más gordo que ha habido", dijo. "El polígono tantas veces anunciado y prometido por los gobernantes sigue sin proyecto y sin presupuestos. Nos han tomado el pelo".

De momento, la crisis del sector conservero ha provocado que más de 100 familias estén en estos momentos amparadas por la organización Cáritas, ya que se encuentran en el umbral de la pobreza y se ven obligados a pedir alimentos, situación que empezóa agravarse a partir del pasado mes de noviembre.

Aunque habrá piquetes informativos, no tendrán mucho trabajo, ya que prácticamente todos los vecinos están de acuerdo con la huelga. Los comercios y los hosteleros del municipio han manifestado su apoyo al paro. Los mismo ocurre con los grupos de la oposición en el Ayuntamiento.

El alcalde socialista, Andrés Palazón, dijo hoy que está dispuesto a apoyar cualquier reivindicación de los trabajadores, aunque pidió que "no se politicen las manifestacines ni los movimientos sociolaborales de este pueblo, y que no se juegue con el pan de los trabajadores".

Los sindicatos señalaron que los empresarios conserveros "no son empresarios, sino ganadores de dinero. En época de bonanza ganaron mucho dinero que tienen en cuentas secretas, a nombre de familiares, o en otros sectores, en vez de haber reinvertido los beneficios en las conserveras".

"El Gobierno regional reconoce que los empresarios no han gestionado bien", indicaron, "reconoce que desviaro dinero y no reinvirtieron, por lo que, sabiéndolo, deberían haber adoptado medidas para que no lo hicieran".

Se trata de un sector en el que la mayor parte de los trabajadores son fijos-discontinuos (trabajan por temporadas). Incluso hay empresarios que siguen pagando menos a las mujeres que a los hombres por el mismo trabajo, algo de lo que los sindicatos siempre se han quejado.