Los responsables sindicales indicaron que la huelga es prácticamente inevitable y que sólo una reunión hoy con los ministros de Administraciones Públicas, Jesús Posada, y Hacienda, José Folgado, en la que hubiera contenidos permitiría la desconvocatoria del paro de mañana.

Para los sindicatos, esa posibilidad pasa necsariamente por que se reconozca que ha habido un perjuicio a los salarios de los empleados públicos y se negocie la desviación, y por que se conceda la cláusula de revisión salarial. Explicó que los sindicatos sólo aceptarían la subida del 2% prevista para el 2001 si hay cláusula.

Lacuerda y Sánchez se mostraron seguros, después de lo percibido en las muchas asambleas llevadas a cabo para preparar la huelga, de que el paro será secundado masivamente, a pesar de los servicios mínimos impuestos en la maoría de los casos por las distintas administraciones, que en su mayoría, a juicio de los sindicatos, son "abusivos".

Los responsables sindicales aseguraron que los servicios mínimos se cumplirán mañana, aunque señalaron que, pese a ello, el trastorno para los ciudadanos será grande, sobre todo en áreas como la sanidad o la educación, según indicó Lacuerda, quien pidió a la sociedad que lo entienda.

Sánchez y Lacuerda insistieron en que las reivindicaciones de los funcionarios son justas y básicas y acusaron al Gobierno de "despreciarlas". Según Sánchez, entre 1991 y este año, coincidiendo con los años de Gobierno del PP, los empleados públicos han perdido 3,5 puntos de poder adquisitivo, contando también los fondos adicionales pactados para mejorar las retribuciones de este colectivo.

denunció que, además, en este período la tasa de temporalidad en el empleo en el sector público ha aumentado en 5,5 puntos, pasando del 16,5% a finales del 96 al 22% en la actualidad. "Desde las elecciones que levaron al Gobierno al PP hay más temporalidad, más pérdida de poder adquisitivo y más PP en las Administraciones Públicas con su mayoría absoluta", afirmó.

MAS MOVILIZACIONES

Los líderes del área pública de UGT y CCOO advirtieron de que la huelga de mañana no es el fin de la lucha. A juicio de Lacuerda, los trabajadores que irán mañana a la huelga, "que yo espero que serán muchos", no conciben este paro como un acto final de protesta y pataleo, sino como un aviso, por lo que se mostró seguro de que emandarán a los sindicatos continuidad en las movilizaciones.

Lacuerda dijo que la prolongación del conflicto está en manos del Ejecutivo y no tiene una fecha de caducidad, porque el Gobierno puede atender las demandas de los sindicatos en cualquier momento y, por lo tanto, señaló, "estamos obligados a seguir presionándoles en esa dirección".

Lo mismo opina Sánchez, quien dijo que "si el Gobierno tras la huelga no mueve ficha y no atiende nuestras reivindicaciones, que se pueden atender porque ha cuartos y margen para hacerlo, será el final de un marco de entendimiento y diálogo social en el ámbito de la función pública".

Aseguró que los sindicatos mantendrán la presión no sólo el año que viene, sino que se mantendrá si es necesario durante toda la legislatura. "Que no piensen que abordaremos las negociaciones de años siguientes poniéndonos una venda en los ojos respecto a lo que está pasando", concluyó Sánchez.