Después de lo sucedido con la huelga de transportistas del aeropuerto de Palma de Mallorca, Caldera se mostró partidario de una nueva regulación para garantizar la compatibilidad del derecho de huelga y d los derechos de los usuarios y del conjunto de ciudadanos. "No hay derechos de carácter ilimitado, todos tienen límites", dijo.

Caldera recordó que, en opinión de los socialistas, la huelga debe ser siempre "el último cartucho de los trabajadores", utilizable sólo cuando se han quemado todos los previos, las negociaciones.

En todo caso, el portavoz socialista criticó la "inhibición" del Gobierno en este y otros casos en los que "minorías con un fortísimo poder corporativo ponen en riesgo importates sectores de la actividad económica".

Lo sucedido en Palma de Mallorca, advirtió, no ha perjudicado sólo al turismo de las islas y a su Gobierno, sino al de todo el país a través de una nefasta imagen en el exterior.