La ocupación es especialmente baja en los hoteles del extrarradio de Sevilla, algunos de los cuales no llegan al 50 por ciento, mientras que los situados en el centro de la capital andaluza se mueven entre un 80 y un 90 por cien.

Amate aseguró que el nivel de ocupación no es atribuiblelas tarifas, "porque ahora son inferiores no sólo a los del año pasado sino a los del 91", debido a la "guerra de precios" desencadenada por el exceso de capacidad hotelera.

Reconoció que el nivel de ocupación del año pasado, en el que los hoteles estaban en estas fechas prácticamente "de bote en bote" es irrepetible, pero el problema estriba en que la demanda de un año normal no es ahora suficiente para ocupar las nuevas plazas.

En su opinión, será necesario potenciar lineas de turismo atípicasen Sevilla, como el relacionado con la celebración de congreso, pero aún así vaticinó que "algunos hoteles tendrán que cerrar, porque no podrán aguantar mucho tiempo".

Amate señaló que, en conjunto, 1993 está siendo un año flojo para los hoteleros sevillanos, ya que "nos estamos comiendo los beneficios del 92".

"Lo del año 92 es un año inolvidable para este sector durante muchos años. Aunque las esperanzas de ocupación no se cumplieron en su totalidad, la media fue bastante elevada y los precios stuvieron bastante bien, y la gente entró por ellos", indicó.