Según informa la Junta andaluza, se trata de la vitrectomía de 23-g, que permite maninpular el ojo a través de una incisión de 0,7 milímetros.

Los oftalmólogos del centro cordobés han empleado este año por primera vez una técnica puntera para el desarrollo de esta intervención quirúrgica, de la que ya se han beneficiado alrededor de veinte pacientes.

Esta nueva prestación se suma a los procedimientos ya existentes, como son la vitrectomía de 25-g y de 20-g, que permiten acceder al ojo a través de incisiones de 0,55 y 0,9 milímetros, respectivamente. En el Hospital Reina Sofía se usan estas tres modalidades en función de la patología y de la situación del paciente.

Los profesionales del servicio de Oftalmología del Reina Sofía de Córdoba realizan cada año más de 400 intervenciones a pacientes con problemas en la retina, entre otras complicaciones oculares, mediante una técnica conocida como vitrectomía para mejorar o recuperar la visión dañada.

En el caso del complejo sanitario cordobés, la operación se lleva a cabo en los quirófanos del Hospital Provincial, de forma ambulatoria, y sirve para recuperar en mayor o menor grado la pérdida de visión que ocasionan las enfermedades que afectan a la retina. El desprendimiento de retina es la principal enfermedad que se trata con esta intervención quirúrgica.

La vitrectomía permite volver a colocarla en su posición natural y cerrar los orificios o desgarros que han provocado el desprendimiento. Durante la realización de la vitrectomía se extrae el gel vítreo y se manipula instrumentalmente la retina, manteniendo el ojo a presión constante.

Trombosis, infecciones e inflamación de la retina, retinopatía diabética, hemorragias y agujeros maculares son otras enfermedades que también se pueden tratar con la vitrectomía, que además se emplea para la aplicación de fármacos.

El desprendimiento de retina es una grave alteración ocular que consiste en la separación de la retina en dos capas, como consecuencia, frecuentemente, de lesiones retinianas preexistentes.

Las causas más habituales que conducen a esta patología son los agujeros, desgarros y degeneraciones retinianas. La recuperación visual final depende de la extensión, tipo y tiempo de evolución del desprendimiento.