Hormaechea pronunció su discurso, que duró hora y media, después de cuatro meses sin aparecer por la Cámara autónoma, y solicitó nuevamente una ley que faculte al Ejecutivo regional para disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

El jefe del Ejeutivo cántabro criticó durante su intervención a los diputados del Partido Popular (PP), a los que acusó de dejar que las decisiones las tomen en Madrid, y les recomendó que deben renovar sus mandos para retirar "a los que en diez años se han beneficiado de la política".

"Que se acabe con las personas que dentro de los partidos utilizan la política para su desarrollo personal", pidió Hormaechea en clara referencia al presidente del PP en Cantabria, José Luis Vallines, contra quien en los últimos mesesha lanzado una campaña de desprestigio, y afirmó que hay que acabar con las personas para las que "cualquier cosa vale con tal de gobernar".

El presidente cántabro acusó también al PSOE cántabro de impedir el desarrollo de la región, presionando al Gobierno central para que no invierta en España.

En su discurso, Hormaechea esbozó de forma desordenada lo que a su juicio es el principal problema de la región: la falta de infraestructuras. Según dijo, es necesario un impulso para lograr una mayor counicación con la meseta y Asturias.

Hormaechea concluyó su discurso pidiendo "normalidad política" para la región a través de la "consolidación de una mayoría para conseguir la inversión en Cantabria por parte del Gobierno de la nación".

LA OPOSICION PIDE SU DIMISION

Al final de su intervención, todos los grupos políticos criticaron la falta de contenido del discurso del presidente regional y volvieron a pedir su dimisión como única forma de sacar a la región de la actual crisis.

Jaime Blaco, secretario regional del PSOE, calificó de "ficción y comedia del presidente" el discurso de Hormaechea, aseguró que a la intervención "le ha faltado de todo, principalmente hablar de Cantabria" y acusó al jefe del Ejecutivo cántabro de mantener "una actitud cobarde y de gallardía para aferrarse a un sillón".

Sobre la moción de censura tantas veces anunciada, Blanco indicó que por el momento esta posibilidad está parada a la espera de conseguir una estabilidad de Gobierno. "No se puede garantizar l estabilidad y nosotros no estamos por quemar a los ciudadanos", dijo.

Por su parte, el secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), Miguel Angel Revilla, afirmó que la "intervención de Hormaechea era la esperada, aunque con menos cosas que otras veces".

Revilla consideró que el presidente regional "no asume su situación personal", en referencia al proceso se verá contra él en el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria en el próximo mes de enero, y dijo que carece de "dignidd", ya que habla de democracia, pero "aunque no tiene apoyo para gobernar no dimite".

Por último, el presidente del PP en Cantabria, José Luis Vallines, dijo que el discurso de Hormaechea fue "aburrido y lleno de ideas viejas y caducas", indicó que no ofreció argumentos para poder discutir y acusó al presidente cántabro de "usurpar una confianza que no tiene".