Las familias compraron el año pasado 2.087 millones de kilos de carnes, un 1,24 por ciento menos que en 1998, y 3.050 millones de kilos de frutas frescas, un 2,59% menos. Tamién descendió el consumo de huevos (-2,73%), legumbres (-5,43%), aceite de oliva (-4,75%) y patatas frescas (-1,52%).

Salvo en los casos de la carne, las legumbres y los huevos, cuyo precio bajó un 2,1% y un 7,7%, en los restantes productos la disminución del consumo estuvo afectada por aumentos en los precios. Así, el aceite de oliva subió el año pasado un 18,1%, las patatas un 6,2 y las frutas un 3,4%.

Por el contrario, aumentó la importancia de las pastas en la dieta de las familias españolas n 2,5% (el precio se mantuvo), de la pesca un 4,3% (pese a crecer un 5,9% los precios), de los derivados lácteos un 8,7% (6,9% más los precios) y de un 1,5% las hortalizas frescas (5,4% más los precios).

En total, entre el consumo doméstico y de la hostelería, los españoles gastaron en alimentación 8,8 billones de pesetas el pasado año, un 2,4% más que en 1998, según informó en rueda de prensa el director general de Alimentación, Fernando Zamácola.

Preguntado si el descenso de las carnes en la esructura de gasto de los hogares podía tener relación con las crisis de los piensos contaminados con dioxinas de los pollos, el exceso de antibióticos en los cerdos o las "vacas locas", Zamácola señaló que estos episodios inciden "puntualmente" en el comportamiento de los consumidores, pero transcurrido un tiempo éstos vuelven a adquirir esos productos en la misma medida que antes.