Desde primeras horas de la mañaa, las diferentes compañías de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire formaron en el arco de herradura de la plaza, minetras cientos de personas se concentraron en las proximidades del parque de María Luisa, pese a que el acceso fue restringido por medidas de seguridad.

A las 11 de la mañana se produjo la llegada de la familia real, que fue recibida a pie de automóvil por el presidente del Gobierno Felipe González.

Instantes más tarde el rey, que vestía uniforme de capitán general, pasó revista a la tropas y posteriormente, en compañía de la reina, del príncipe Felipe (con uniforme del arma de aviación) y las infantas, saludó a todos los miembros del Gobierno, presidentes autónomos y autoridades municipales presentes en la ceremonia.

Dos soldados de Tierra y Aire escoltaban el mástil donde fue izada la bandera de España, que fue transportada por un soldado de la Marina, en un intento de hacer partícipe de la conmemoración a todas las fuerzas del Ejército.

Tras escucharse el himno nacional, l rey depositó en completo silencio la corona de laurel, que portaban un guardia civil y un teniente del Ejército del Aire, al pie de la bandera.

El homenaje a los caídos culminó con la irrupción de la escuadra "Aguila" del Ejército del Aire, que sobrevoló la plaza en formación delta y reproduciendo en el cielo los colores de la bandera de España.

La ceremonia, que apenas duró tres cuartos de hora, terminó con el desfile de las compañías, que se dirigieron hacia el edificio de la Capitanía Genera donde se ofreció una recepción a las autoridades.