Al comparar los datos británicos con los de hospitales noruegos, los médicos comprobaron que mientras en Inglaterra 43 de cada 1.000 bebés de madres diabéticas morían, en Noruega la proporción era sólo de 10 de cada 1.000. Igualmente, las posibilidades de defectos de nacimiento eran de 55 por 1.000 en Ingaterra, comparadas con las 29 por 1.000 en Noruega.

Expertos en la materia, como la asociación sin ánimo de lucro "Diabetes UK", creen que esta disparidad en los datos de un país a otro se debe a las diferencias en los controles médicos. En muchos casos, las madres inglesas dan a luz en un hospital diferente al concertado. Además, en muchos de ellos no existe ningún plan para reducir los riesgos de las complicaciones en el parto.