La familia de Francesco acudió a una escenificación especial, pues el Ayuntamiento de la ciudad había repartido entradas gratuitas para ver el espectáculo del musical 'Anastasia' a asociaciones de personas con discapacidad. Una de ellas, Portami per mano, entregó varias de ellas a los padres del pequeño y juntos acudieron a la función.

Parte del público eran personas con discapacidad y sus acompañantes, tal y como estaba previsto y se había fomentando desde el propio teatro. Pero uno de sus acomodadores impidió que Francesco y su familia disfrutaran como los demás. Cuando apenas habían transcurrido 30 minutos de los 140 que dura el musical, los echó de la sala, según ha denunciado posteriormente la madre y han publicado varios periódicos italianos recogidos por Servimedia.

"Personalmente, no noté las quejas de los espectadores, pero vivimos esa media hora de espectáculo con el aliento en la nuca del acomodador, que seguía instando al silencio tanto con gestos como con palabras", relata Stefania Rocca, madre de Francesco.

"Si continúa gritando, será obligado a alejarse", le espetó el acomodador, incapaz de entender que el niño tiene una discapacidad que le genera algunos espasmos y le hace hablar con menos control que otros niños. "Franci emitía gritos breves y cada vez que se acercaba, estaba más nervioso, porque le molestaba su continua presencia e interferencia".

TRATO "INACEPTABLE" EN UN PASE SOLIDARIO

Su madre considera "inaceptable" que un teatro como el Arcimboldi promueva la inclusión de sus espectáculos para personas con discapacidad donando 120 entradas el día de Navidad y luego "demuestre una total insuficiencia en la gestión de situaciones de quejas" hacia los niños que acuden a disfrutar con sus familias.

Rocca asegura que habló posteriormente con el director artístico, Gianmario Longoni, y con la directora organizativa, Francesca Martinetto, si bien esta última evitó darle su nombre. "Los encontré a ambos mal preparados en materia de gestión de la discapacidad", lamentó tras darse cuenta de que los niños habían sido colocados en varios lugares "para no convertirlos en guetos".

"No experimenté ningún intento de tolerancia y nadie se disculpó con el objetivo de difundir más cultura sobre la discapacidad hacia una sociedad que vive de las apariencias y sin el más mínimo espíritu navideño", se quejó la madre en sus redes sociales. "Salir en compañía de niños frágiles es emocionalmente difícil, normalmente las familias se encierran en casa, si decides acogernos hazlo de corazón y no por intereses personales porque el dolor que sientes al exponer la fragilidad de tu hijo va más allá de lo que te puedes imaginar".

Desde el Teatro Arcimboldi de Milán han manifestado después su lamentó por lo ocurrido y el director artístico expresó su "solidaridad con la familia", además de subrayar que el recinto cultural había puesto 400 entradas a disposición de asociaciones que apoyan a las personas con discapacidad.

Longoni afirmó que el acomodador que expulsó a Francesco habría sugerido que saliera temporalmente para permitir su recuperación, sin entender que su comportamiento era propio de su discapacidad. Según su versión, así pretendía garantizar la tranquilidad del resto de los espectadores.

En su web, el Teatro Arcimboldi presume de aplicar políticas de accesibilidad para personas con discapacidad, "yendo más allá de la Ley de Igualdad" que rige en Italia. Sin embargo, se refiere exclusivamente a "visitantes con movilidad reducida y en silla de ruedas", a quienes reserva tres plazas por sesión en la parte trasera de la platea con el fin de garantizar un "fácil acceso".