De los tres agentes heridos, uno de ellos necesitó diez puntos de sutura en el rostro tras ser alcanzado por una piedra arrojada por los manifestantes, que cortaron el tráfico en la zona y quemaron contenedores de basura y neumáticos.

Efectivos policiales tuvieron que intervenir por espacio de más de dos horas y media para sofocar la revuelta vecinal en el barrio del Príncipe Alfonso, habitado mayoritariamente por personas de origen musulmán, aunue españoles de hecho y de derecho.